La persuasión en el marketing

La persuasión y los límites de la publicidad

La persuasión como componente fundamental de la publicidad

Los límites de la publicidad no siempre están claros. ¿Dónde acaba la publicidad y empieza la persuasión y viceversa? He aquí lo que un anunciante debe tener claro.

La persuasión ha estado ligada a la publicidad desde los orígenes de aquella, y por tanto lo límites no son fáciles de definir y si tenemos en cuenta que no compramos nada sin saber e informamos sobre ello, la persuasión resulta un arma fundamental.

Nuestro público objetivo es un investigador en potencia, que busca y compara en función de lo que necesita y en función de los resultados obtenidos tomará la decisión de compra y en nuestras manos está el lograr un diálogo con el clientes sin tenerlo directamente, sino mediante la publicidad.

Toda nuestra intervención publicitaria debe estar encaminada a lograr ese diálogo en que seduzcamos al cliente y logremos enamorarlo planteando preguntas e interrogantes y generando ideas, de modo que el cliente interactúe de algún modo con la publicidad y es por esto por lo que tenemos que ver a nuestro cliente como un riguroso inspector en lugar de un mero expectador.

La persuasión es un arma de doble filo, porque si no se usa correctamente podemos obrar de forma incorrecta, engañando y transgrediendo los límites que el buen hacer obliga y que la normativa exige hasta el punto que se está avanzando mucho en la regulación publicitaria conforme a la persuación.

Un tratamiento y uso adecuado de la persuasión en la publicidad exige un dominio de la expresión y del lenguaje, además del conocimiento de la legislación al respecto y de ese modo, esta herramienta o técnica jugará a nuestro favor, pues de otro modo nos perjudicará.

Una medida justa de este ingrediente hará de nuestra publicidad un éxito y de lo contrario un fracaso.